No siempre me siento a escribir cuando las cosas son buenas y por tanto no existe la necesidad imperativa de reflexionarlas al grado de encontrarles un lado del cual se pueda tomar provecho; sin embargo son estas ocasiones en las que el mapa de la problematica parece pasar por una tendencia un poco mas favorable hacia los griales que representan el destino de las cosas, las que hacen verlo todo de manera mas agradable.
Las piezas de esos rompecabezas invisibles que van creando la cotidianeidad se comportan de maneras extrañas y particulares... ¿A quien no le ha sorprendido como una pequeña posibilidad impensable se vuelve rápidamente una condición enormemente satisfactoria? Y no es por que una vez mas me resista a creerlo, sino que tristemente no me acostumbro a que estos asuntos sean favorables a mi lid. Obviando un poco las lecciones aprendidas durante otros tiempos; aún me resisto un poco a ceder posiciones claramente estratégicas; y sin embargo el olor a tregua merodea demasiado cerca. Alguna vez pense saber que cuando sangramos una y otra vez, deja de tomar importancia el preocuparse por ello..... precisamente ahora comienzo a querer que no sea tan cierto.
El caso es que una vez mas yo, al igual que Dios, no juego a los dados y no creo en la coincidencia.
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