Expandir los horizontes de la rutina hace un poco mas amena la transición entre los momentos en que nuestras prioridades cambian. Ser turista en la propia casa es extrañamente tranquilizante en terminos de cuanto se puede proyectar acerca de la imagen del origen terminal.
Usualmente es mas fácil considerar en un canon continuo que se necesitan demasiadas cosas para hacer una celebración exitosa; sin embargo es bueno saber que solo la lealtad premeditada y una disposición de ser quien nuestra personalidad busca; pueden formar una verdadera celebración.
Hay reencuentros que se esperan, y no importa que tanto se cargue una mascara de buenas intenciones, simplemente no llegan. Por otro lado. se podria suponer que conocer a una persona previamente es un requisito para reencontrarse bajo ciertas circunstancias; y es sin embargo extrañamente agradable el saber que en ese pequeño instante, no es necesariamente un requisito ser condecendiente.
A todo esto, necesito dormir....
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